La NCAA cambió su política de participación para deportistas transgénero el jueves, limitando la competencia en deportes de mujeres a las personas a quienes se les asignó el sexo femenino al nacer.
La medida se produjo un día después de que el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva destinada a vetar a los deportistas transgénero en los deportes femeninos y de niñas. La orden otorga a las agencias federales la libertad de retener fondos destinados a entidades que no cumplan con el Título IX en línea con la visión del gobierno de Trump, que interpreta el «sexo» como el género que se asignó al nacer.
El cambio de política de la NCAA es efectivo de inmediato y se aplica a todos los deportistas, independientemente de las revisiones de elegibilidad anteriores. La NCAA está integrada por unas 1.100 escuelas con más de 500.000 deportistas, por lo que es el órgano atlético rector más grande para las universidades en Estados Unidos.
«Creemos firmemente que los estándares de elegibilidad claros, consistentes y uniformes servirían mejor a los estudiantes-deportistas de hoy en lugar de un mosaico de leyes estatales y decisiones judiciales en conflicto», dijo el presidente de la NCAA, Charlie Baker. «Con ese fin, la orden del presidente Trump proporciona un estándar nacional claro».
La decisión de la NCAA fue elogiada por la exnadadora de Kentucky, Riley Gaines, una defensora firme de la prohibición de atletas transgénero en los deportes femeninos. Gaines, quien estuvo en la ceremonia de firma de la orden en la Casa Blanca con Trump, estaba entre más de una docena de deportistas universitarios que demandaron a la NCAA el año pasado, acusándola de violar sus derechos del Título IX al permitir que la mujer transgénero Lia Thomas compitiera en los campeonatos nacionales en 2022.