El regreso de Shohei Ohtani a su estatus de estrella única en MLB como jugador capaz de lanzar y batear ha sido a fuego lento, incluso después de su tan esperada vuelta al montículo. A medida que ha podido ir yendo cada vez más lejos en la lomita, cada salida ha sido un recordatorio de lo dominante que puede ser en ambas facetas del juego.

Ohtani dio el hit número 1,000 en su carrera en Grandes Ligas — un bambinazo de dos rayas, su 39no de la temporada — y ponchó a ocho desde la loma, pero los Dodgers no pudieron mantener una ventaja al final del juego en una derrota por 5-3 ante los Cardenales la tarde del miércoles en el Dodger Stadium.

De esa forma, Ohgtani se unió a Ichiro Suzuki (3,089) y Hideki Matsui (1,253) como los únicos jugadores nacidos en Japón en alcanzar los 1,000 imparables en las Mayores. Cuatro miembros activos de los Dodgers han conectado al menos 1,000 imparables en MLB. Los otros son Freddie Freeman, Mookie Betts y el dominicano Teóscar Hernández, quien alcanzó la marca a principios de este año.